jueves, 26 de septiembre de 2013

Tinga a la coreana y otras cosas mexicanas...

Como muchos de ustedes sabrán (sobre todo si son mexicanos), el pasado 15 de Septiembre se celebró el 203 aniversario del Inicio de la Guerra de Independencia de México, una de las fechas más importantes en el país; y estando tan lejos de alguna u otra forma teníamos que buscar la forma de celebrarlo...



Antes de empezar quiero dejar en claro que estoy consciente que existen muchas opiniones distintas alrededor del tema, tanto por motivos políticos como históricos, sociales... lo que no se puede negar es que es una fecha importante en México, y como este blog no es para que les cuente mis posturas políticas ni opinión respecto a la historia o movimientos sociales, sino mis vivencias de mexicanita en Corea, pues aquí se las traigo: 

No importa cuánto ame Corea, cuánto me encante y lo fácil que sea imaginarme una vida aquí, siempre hay cosas que me hacen pensar en mi México querido. Celebrar a mi país y la gente que trabaja por él, nuestra cultura y tradiciones es algo que siempre me ha encantado y estando tan lejos, uno ve todo lo que le gustaría mejorar en el propio país, pero también se valoran muchas cosas que en la vida cotidiana pasan desapercibidas. 

Por alguna extraña razón, la Embajada de México en Corea no pudo realizar las celebraciones correspondientes el día 15, sino una semana después, así que mis amigos y yo tuvimos que arreglárnoslas para hacer algo mexicano. 

Esa noche fuimos al "e-mart" (supermercado en Corea con productos importados) y después de recorrerlo y volverlo a recorrer partiéndonos la cabeza, buscando algo mexicano sin éxito alguno (solo verduras "la Costeña") decidimos tratar de hacer tinga de pollo y acompañarlo con nachos de queso, a falta de tortillas o tostadas. 

Compramos pollo, jitomate, cebolla, ajo y chile y nos dirigimos al pequeño Goshiwon de una amiga, que goza de los privilegios de tener una cocina de 1.5m x .70m aproximadamente. 

Mientras las niñas cocinábamos, los chicos se encargaron de buscar las bebidas y utensilios y llevarlos al rooftop de otra chica mexicana que conocimos ese día para poder celebrar todos juntos. Así, dos mexicanas, una española y una coreana-argentina, apretadas en la mini-cocina, que para nosotras fue la salvación de la noche, comenzamos con la preparación correspondiente que en total nos tomo unas 5 horas: cocer 3 pollos (uno por uno porque no teníamos cazuelas grandes), picar las verduras, preparar la tinga... al final, creo que olimos a pollo por tres días.

Parecerá que me estoy quejando pero en realidad quiero decir que a pesar del espacio, esa fue una de las mejores tardes de mi vida. ¿Quién iba a pensar que un grupo de españoles iba a compartir la cena de independencia de los mexicanos? Verán, eso es una de las cosas más maravillosas que he aprendido estando aquí: no importa de dónde seas, porque el amor, la amistad, la alegría y a veces la nostalgia y hasta las lágrimas... son universales.

Aprendes a ver a las personas por su corazón y no por su nacionalidad o color de piel, y si tienes tanta suerte como he tenido yo, poco a poco se vuelven tu familia. Una extraña familia donde todos son de la misma edad, con gustos distintos o aficiones en común, palabras que significan cosas diferentes dependiendo de dónde vengas pero que al finalizar el día, te hacen sentir como en casa compartiendo una taza de café a su lado. 


Sin duda alguna, este 15 de septiembre será uno de los que mas recordaré en mi vida, por lo que hice, las personas que conocí, las personas con quienes lo compartí... y aunque extrañé un poco la fiesta anual en casa de mi abuelo, con esas deliciosas comilonas y los fuegos artificiales que se pueden ver desde la azotea de su casa, mientras bailo con mi abue el Jarabe Tapatío o hasta la Adelita (sí, ya sé que esa es de la época de la Revolución),este 15 siempre tendrá un lugar especial en mi corazón. 

Por otra parte, hay una razón por la que aplacé tanto esta entrada. Y es que el lunes pasado, 23 de septiembre, fue la recepción por parte de la embajada. Mis tres amigos mexicanos y yo, los que estudiamos en la misma universidad, elegantes y muy guapos, con invitación en mano nos dirigimos al hotel Hilton.

En la entrada nos encontramos con coronas de flores por parte de grandes compañías como LG o Hyundae, felicitando a nuestro país por el Aniversario de la Independencia. 

Pasando al salón, tuvimos el cielo por un par de horas: comida mexicana (aunque no tan picosa como hubiéramos querido), seguido de honores a nuestra hermosa bandera, donde debo aceptar que se me puso la piel de gallina al cantar nuestro Himno Nacional, para continuar con la bienvenida por parte del Señor embajador y el grito de Independencia.

Nos entregaron un "pin" con las banderas de México y Corea y estuvimos rodeados de paisanos que por alguna u otra razón terminaron en Corea también: algunos estudiantes, como nosotros, otros porque formaron familias mexicano-coreanas, militares que fueron asignados aquí, diplomáticos o personas que simplemente decidieron venir a Corea y hacer una vida aquí. 

Todos reunidos en un salón de hotel, sin importar realmente los nombres o de qué parte de México viniéramos, abrazados cantando el "Cielito Lindo" mientras los mariachis, también mexicanos, tocaban y cantaban con nosotros... y les prometo que por el tiempo que estuvimos ahí, dentro de esas cuatro paredes teníamos un cachito de México.




Comimos, bailamos hasta que dolieran los pies (sobre todo si ibas en tacones, como yo), cantamos a todo pulmón con el mariachi y hasta un caballito de tequila nos tomamos, a la salud de nuestro México.  

Nos tomamos fotos con el Embajador, muy amable y accesible, conocimos a personas de otras nacionalidades que habían sido invitadas y alegremente festejaban a México, y conforme se acercaba la hora de volver a casa, menos nos queríamos ir. 

La gente en el metro (tanto de ida como de vuelta) nos miraba preguntándose de dónde eramos y a dónde o de dónde veníamos, con nuestros rebozos y yo, con un vestido rojo y aretes dorados hechos a mano, en forma de pavo real. Pero las miradas eran lo de menos, ese día amé a mi país como siempre y como nunca, porque diario me siento orgullosa de decir que vengo de México pero durante esas horas sentí una conexión increíble con mis raíces, como pocas veces estando ahí, ya sea por monotonía o cotidianidad, porque ser mexicano en México parece algo natural, pero ser mexicano en cualquier otra parte del mundo, es algo simplemente maravilloso.

Seguramente todos pensarán lo mismo de la gente de su propio país, es normal. Así que disculpen pero hoy le toca a México, al menos en este blog hahahaha, porque te das cuenta que el calor de la gente, las sonrisas, el sentimiento y el espíritu, ese tan alegre que nos identifica, a veces muy fiesteros pero unidos siempre en las malas, levantando el país con nuestras manos, ese sólo se encuentra en los mexicanos. 








Muchas gracias por leer... ¡¡¡nos vemos el martes!!!

5 comentarios:

  1. Gracias por compartir y sí, como te he dicho, siempre es un orgullo ser Mexicana y amar a nuestro país, pero en el extranjero, estando lejos uff!, ese orgullo es mucho más grande y más cuando la gente te recibe con los brazos abiertos y te preguntan tanto por tu país, que es simplemente hermoso!!!, y sí, lo malo de estar en el extranjero, es no poder encontrar los ingredientes para hacer realmente un guiso cono debe de ser pero, como ustedes, se tiene que improvisar con lo que se encuentre, jajaja. Me da gusto saber que se divirtieron y por unas horas, se sintieron en México. Te amooo!

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  2. wow!! es increible y por supuesto muy lindo como cuentas todo lo que vives en ese hermoso lugar que amo y que deseo conoser y porque no vivir aya es algo que deseo, pero bueno que envidia de la buena por todo lo que platicas ya quisiera yo estar aya, en fin saludos y lo mejor de lo mejor para ti y que sigas viviendo con tanta felicidad esa hermosa aventura en Corea...un abrazo :)

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    1. Perdona por la respuesta tardía pero con tareas y examenes... uff!! no habia podido. Muchas gracias por tus palabras. De verdad, ¡espero que algún día también puedas cumplir tu sueño! Gracias por que al leerme también comparto mi felicidad con ustedes, ánimo y a seguir luchando por ello. Un abrazo de vuelta (:

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  3. Como siempre nena, te sacas un 10 en tus escritos, gracias por compartir tus vivencias!!! y por supuesto que cuando estas en otro pais, extrañas Mexico, la comida, el clima, la gente y los sonidos. He tenido la oportunidad de viajar a varios paises y creeme como Mexico no hay dos y por supuesto que siempre piensas en como mejorarlo, pero lo mas bello es que donde he estado siempre dicen Mexico Lindo y de verdad que como se impresionan de este pais, lo triste es que dicen: "por que si tienen tanto estan asi", es de pensarse, en fin que de nosotros depende cambiar este Mexico!!

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    1. Unni!! gracias por tus palabras!!! Así es, hay tantas cosas que nos gustaría hacer por nuestro país, tanto que entiendes estando fuera... pero también surgen tantas dudas!! Como dices, te hace preguntarte y replantearte muchas cosas. A seguir trabajando para mejorar nuestro hermoso país, que en efecto: ¡Como México, no hay dos! un abrazo enorme! :)

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