Primero que nada, debo decir que jamás me cansaré de darle las gracias a mi amigo y su familia, que me trataron como si fuera una hija o sobrina más. Sobre todo, porque me permitieron conocer lugares maravillosos que desafortunadamente pasan desapercibidos para algunos turistas.
Empezamos en Hamyang: : Sangrim Park y el Viñedo Hamyang Sanmuru.
Sangrim es el bosque artificial más antiguo de Corea. Desde tiempos ancestrales se sabía que el área corría el peligro de inundarse, puesto que se encuentra en la desembocadura de varios ríos; así pues, durante la Dinastía Silla, decidieron construir el parque a un lado del río Wicheon, bajo el nombre de Daegwanrim. Este nombre posteriormente sería cambiado al que conocemos hoy en día (Sangrim)
El bosque fue construido por el oficial Choe Chiwon, y cuenta la leyenda que en este lugar no habitan serpientes, hormigas o ningún tipo de centípodo. Esto se debe a que el oficial así lo declaró, gritando en medio del lugar que ninguna de estas criaturas tenía permitido vivir aquí, dado el profundo miedo que sentía su madre hacia ellas. Los habitantes del lugar dicen que aún hoy, no se pueden encontrar este tipo de especies en el bosque.
El lugar cuenta con 116 especies distintas de árboles y plantas, incluyendo las enormes y majestuosas flores de loto que pueden verse por casi todo el lugar, en un pantano junto al camino principal. Además hay pabellones de descanso, tumbas de personajes famosos y esculturas repartidas por todo el parque. Durante el verano todo es verde y fresco, permitiéndonos refugiarnos del abrazante calor bajo los caminos cubiertos de árboles; aunque sin duda alguna, es un lugar que merece ser visitado en cualquier estación del año por la belleza que ofrece.
Obviamente con el tiempo se ha modernizado e incluso hay aparatos para hacer ejercicio que pueden ser usados por cualquier persona (aunque los uses para tomarte fotos chistosas y no para hacer ejercicio...) Una de las cosas que más llama la atención es el "árbol de la promesa de mil años de amor" (천년 약속 사랑 나무), que tiene un corazón de piedra a su lado dictando su nombre, y que unirá con lazos eternos a quienes vayan a prometer su amor en él.
Por la tarde nos dirigimos al Viñedo Hamyang Sanmuru. Este lugar es conocido por la elaboración de vinos a partir de uvas 100% salvajes. Es rico en muchos ingredientes orgánicos como calcio, vitaminas y hierro, además del ya conocido resveratrol, que en palabras del personal del viñedo (y no lo dudo, pues se han escrito artículos sobre el tema) "es lo que da vitalidad al cuerpo humano".
Durante la visita al viñedo puedes recorrer los campos y aprender el proceso de elaboración del vino, adentrándote en las grandes cavas y la planta donde se fermenta el precioso líquido que después puedes comprar en alguna, o varias, de las distintas presentaciones que ofrecen (las cuales te permiten probar antes de decidirte).
Además, cuenta con una linda cafetería donde puedes encontrar alternativas a las bebidas alcohólicas, sentarte y escuchar un poco de música mientras te relajas, dar un paseo por los alrededores para admirar el pintoresco paisaje que ofrece hasta llegar a un hostal cercan o, como nosotros, volver a casa. Sea cual sea tu decisión, seguro te encontraras en un lugar lleno de tranquilidad.
Después de una suntuosa cena de samgyeopsal y galbi (삼겹살 y 갈비: jugosa carne de cerdo y costillas de res, respectivamente),hoe (회 - como "sashimi", pescado crudo en tiras), además de muchos otros platillos deliciosos, proporcionados por tíos y primos de mi amigo, que llegaban para celebrar una reunión familiar, una noche entre mezcal (cortesía de esta mexicanita), soju y cerveza, excelente plática y risas que acabaron en una noche de descanso, al día siguiente la travesía iniciaba temprano.
Abordamos el auto familiar y nos dirigimos al Parque de Bambú Juknokwon, localizado en el pueblo de Damyang. La montaña Seonginsan fue transformada en este hermoso parque de bambúes, que puedes recorrer por diversos senderos que te llevarán hasta pabellones, una cascada artificial, una tienda de souvenirs y un mini-museo dedicado a las artesanías hechas de bambúes, las cuales también puedes adquirir. Todo esto por tan solo 2000 wones (boleto de entrada) y, si el calor no es lo tuyo, también cuentan con recorridos a media tarde, cuando todas la luces son encendidas dando una vista espectacular.
Aquí te dejo el sitio del lugar, con un mapa que te indica los senderos e incluye algunas fotos y el tiempo en minutos que tardas aproximadamente en recorrer cada uno de ellos http://juknokwon.go.kr.
Terminando la caminata, nos fuimos a degustar una deliciosa comida tradicional coreana en un restaurante cercano, donde el arroz es servido en recipientes de bambú que puedes llevarte a casa como souvenir. Sin duda alguna, como ya lo he dicho antes, salvo algunos piquetotes de mosco por todas las piernas, esta experiencia fue única, en parte gracias a las maravillosas personas con las que lo compartí. La madre naturaleza es tan sabia que nos brinda los mas hermosos paisajes por todo el mundo y si somos lo suficientemente sabios, sabremos complementarla y aprender a convivir con ella, no a pesar de ella.
Ya sabes que el álbum de fotos lo podrás encontrar en un rato más en el facebook del blog y que si tienes dudas o comentarios me los puedes dejar aquí, o vía twitter o facebook (los links a las páginas están del lado izquierdo).
Muchas gracias por leer... ¡nos vemos el jueves!
Créditos por la información:
Mis amigos y su familia, personal que labora en los lugares que visitamos, folletos de los lugares y
- http://english.gntour.com/02Tourist/01_9.jsp
- http://www.sanmuru.com
- http://www.visitkorea.or.kr/enu/SI/SI_EN_3_1_1_1.jsp?cid=815386
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